Entre Copas, un caballo de otro tiempo.

26 06 2011

Manuel Griñán.

¿Recuerdan ustedes aquellas películas del Oeste en las que un charlatán acompañado de un tullido deambulaba de pueblo en pueblo vendiendo el elixir milagroso? Más recientemente, ¿se acuerdan de las pulseras power balance que supuestamente aumentaban la resistencia, flexibilidad y equilibrio de quienes las llevaban puestas? Una maravilla que no sólo mejoraba el rendimiento deportivo, sino la salud y, llegué a oírlo, también la vida sexual de sus portadores. Uno es escéptico y este tipo de soluciones mágicas le producen sorpresa e hilaridad. Pues hete aquí que mi buen amigo Julio Díez lleva un tiempo proponiendo una fórmula similar para solventar los males de nuestro turf. Da igual que se trate del Derby, del Villamejor o del Gran Premio de Madrid. La solución para mejorar y prestigiar más estas pruebas es la misma: recortemos la distancia. Perdona Julio, sin acritud, te lo he comentado varias veces y sabes que siempre que propongas esa fórmula te voy a criticar. Y, digo yo, si reduciendo el metraje de nuestras carreras tenemos la panacea, ¿por qué no directamente programarlas todas sobre 1.000 metros? Sería estupendo. Y así podríamos proponer a Patrimonio que se quedara con la tribuna y la recta de meta y vendiera los terrenos que ocupa el resto de la pista. Menudo negocio inmobiliario hubiera sido hace cuatro años. Nada de criar productos vigorosos, resistentes, con aptitud a la distancia y longevidad. No sea que los aficionados nos encariñemos con ellos. Lo mejor es renovar año a año. ¿Se imaginan? ¿Qué papel tendría Entre Copas en un escenario como ese?

Afortunadamente esta edición del Gran Premio ha tenido como protagonista a un caballo de otro tiempo. A un ejemplar que, cuando el resto de contendientes andan quejándose del programa, de la dureza de las preparatorias, del metraje, del calor, de la confluencia de los astros y de si la abuela fuma, él sigue a lo suyo y prepara la prueba principal del calendario en el Corpa de toda la vida, después de haber triunfado en la arena de la Mijas Cup, y todo ello habiendo cerrado el año pasado con el Gladiateur. ¿Dónde está el problema? ¿Acaso no fue una delicia ver al alazán creciéndose en la lucha con su viejo enemigo Karluv Most (otro que tal baila)? ¿Acaso este Gran Premio no ha sido un espectáculo de titanes, incluso sin el concurso de los tres años (sus responsables sabrán por qué no corrieron)? Amigos, no le busquemos tres pies al gato. El motivo por el que las pruebas de fondo pierden gradualmente el protagonismo nada tiene que ver con la calidad o la aptitud de los caballos. La única explicación se resume en una palabra: dinero. Este negocio se rentabiliza mejor si se acorta el ciclo de vida de los caballos. Y en este escenario todas las medidas que han tomado últimamente las autoridades hípicas han ido en detrimento de los caballos de stamina. Hagan un circuito de Cups con dotaciones millonarias y ya verán cómo en cinco años la cría del purasangre cambia de tendencia.

Estas autoridades a las que cito tendrán sus planes estratégicos y yo no voy a ser quien me lance contra los molinos. Pero permítanme que les diga que este es un deporte cuyo principal valor diferencial frente a otros reside en la tradición. Recientemente hemos visto cómo la audiencia del Derby de Epsom se multiplicó ante la posibilidad de que un caballo de la Reina Isabel saliera victorioso. Hemos visto a la regente británica descubrir una estatua en Ascot y, oh pardiez, era la estatua de un súper fondista. Un soberbio caballo que fue bueno en la milla y media y se convirtió en leyenda ganando cuatro veces la Copa de Oro de Ascot. Loor a Yeats. Loor a Entre Copas.

Y conste que todo esto lo digo enrabietado porque adoro a Entre Copas y a todos los caballos como él. Que durante varios años te dan lo mejor de ellos mismos y, cuando crees que no les queda mucho más que ofrecerte, aún tienen la capacidad de sorprenderte regalándote sus mejores momentos. Quién nos iba a decir en noviembre, cuando el alazán peleaba en vano con su compañero Carmanor la llegada del Gladiateur acabando 2010 con meritorias actuaciones pero sin una sola victoria, que siete meses después, a sus siete años, tocaría la gloria encadenando Mijas Cup, Corpa y Gran Premio, reclamando el cetro de nuestro turf. Un prodigio que rompe todos los moldes y destroza la ortodoxia que impera últimamente. Deliciosa ironía. Viva Entre Copas.

La carrera:

Había muchas dudas sobre el ritmo de la prueba. Sobre el papel, ninguno de los contendientes parecía candidato a imponer el paso, de manera que no nos sorprendió ver a Señor Miranda tomar el mando y marcar un ritmo suave y sostenido durante los primeros compases. Plantagenet y Entre Copas vigilaban de cerca al de Los Toneles, mientras que Domeside y Karluv Most cerraban sin conceder tampoco demasiada distancia. Un paso suave beneficiaba, de entrada, al conductor y, en segundo término, a caballos justos de metros y con buena punta de velocidad. Teóricamente Domeside y Plantagenet ganaban puntos.

La prueba discurre sin sobresaltos hasta que Señor Miranda alarga progresivamente el paso y hace que la distancia empiece a notarse antes de afrontar la curva final. Ya en la recta los favoritos presentan su candidatura. Pronto se ve que Entre Copas puede con el conductor. Plantagenet intenta progresar por dentro mientras que Domeside hace lo propio por el exterior. Sin embargo, es Ortiz de Urbina sobre Karluv Most quien parece tener todo bajo control. Apenas quedan trescientos metros y el vitoriano permanece quieto, impasible sobre el vigente campeón. Entre tanto, Domeside se arruga y arroja la toalla. Plantagenet lo intenta entre Señor Miranda y Karluv Most y sufre un pequeño corte que no le impide asegurar el puesto que le corresponde según las fuerzas que trae. La carrera es nuevamente un mano a mano entre Karluv Most y Entre Copas. Igual que hace un año, el alazán ha tomado el mando con mucha decisión, pero ahora ve cómo su verdugo vuelve a acercársele por la izquierda. Por unos instantes parece que se repetirá la película pero esta vez Entre Copas no se rinde. Ha adquirido mucha moral con sus triunfos previos y, no se sabe cómo, saca un nuevo cambio de ritmo para mantener a raya a su rival. Los últimos cincuenta metros son un cabeza a cabeza entre los dos fenómenos, siempre con una mínima ventaja para el de África. La ovación al cruzar la meta es atronadora. Ganó Entre Copas. Karluv Most segundo a una cabeza. Tercero es Plantagenet por delante de Señor Miranda. Calamargo pesca el quinto puesto por delante de un desmoralizado Domeside y del desclasado Magician’s Cape. A veces no es preciso que corran veinte para ofrecer un gran espectáculo.

Normalidad, después de todo:

El resultado confirma, por un lado, la categoría de los dos primeros, infalibles en La Zarzuela, y, por otro lado, el bajo nivel de los Derbys de 2009 y 2010. Plantagenet corre en el valor de la primavera pasada y derrota a Señor Miranda por similar distancia que entonces. Si ni uno ni el otro estuvieron más adelante fue porque los dos primeros han demostrado ser mejores. No debemos cuestionar la calidad del lote. El año pasado el mismísimo  Young Tiger fue derrotado por estos dos gladiadores que repiten gemela. Hay que ser muy fuerte o muy bueno para conservar la frescura en la recta final del Gran Premio de Madrid, especialmente si hace tanto calor como hoy. Ambos me recuerdan a caballos míticos que se consagraron en esta misma prueba, tales como El Señor, Richal o Casualidad. Ejemplares de muchísima calidad pero también con mucho motor. El prototipo de caballo de gran premio. Debemos destacar el buen trabajo que con ellos han realizado tanto Joanes Osorio como Juan Luis Maroto, dos profesionales «de toda la vida». Especialmente meritorio lo del primero, quizás el único preparador que hace cosas diferentes y saca rédito con ello. También resulta curioso lo de Crocquevieille, que el año pasado ganaba con Karluv Most y este lo hace con su rival. Habrá que estar atentos a quién monta en 2012.

A decir verdad, de todos los contendientes del Gran Premio de Madrid, el único que no cumplió con las expectativas fue Domeside. Quizás no tiene el nivel que exige esta carrera o quizás es una cuestión de distancia. Personalmente creo que ni lo uno ni lo otro. Cuando un animal pasa por el calvario que atravesó Domeside, los fallos hay que tomarlos con prudencia y esperar a ver cómo asimila el esfuerzo antes de emitir un veredicto. Aún tiene mucho que decir.

Es cierto que echamos en falta a los tres años y probablemente también a algunos viejos como Carmanor o Pazifiksturm, pero la carrera cumplió con creces las expectativas y nadie puede sentirse decepcionado por el espectáculo que ofrecieron los que corrieron. Se abre, no obstante, un interrogante que marcará probablemente un paréntesis, toda vez que ni Entre Copas ni Karluv Most han mostrado demasiado gusto por la pista de Lasarte. Es más que probable que en verano cedan el testigo a Young Tiger y a Pazifiksturm, amén de a los clásicos, y que el título de caballo del año se decida en el Memorial. De momento Entre Copas tiene mucho camino recorrido. Matrícula de honor para él. Sobresaliente para Karluv Most.

El resto a vuelapluma:

Dos potros impresionaron durante la mañana. Primero fue el debutante Albret quien se estiró como un auténtico caballo de carreras para meter ocho cuerpos entre él y su más próximo rival. El hijo de Clodovil entusiasmó con su galope y apunta claramente a los grandes premios de la generación precoz. La cuadra Quinto Real y su preparador Guillermo Arizcorreta, tienen un diamante en bruto.

Pero aún más impresionante fue la victoria de Galileus en el Martorell. No sé si el nombre le ha hecho creer que su padre no es Sorcerous, pero lo cierto es que se mueve como si fuera hijo de Galileo. Curioso que ganen en primavera dos años entrenados por Guillermo Arizcorreta y José Carlos Fernández, y es que la clase siempre se impone a la precocidad. Aunque el de Río Cubas dejo al segundo clasificado a dos cuerpos, su superioridad fue manifiesta y su victoria inapelable. A lo mejor es mucho aventurar, pero puede que estemos ante los ganadores del Criterium Nacional –Galileus– y el Internacional –Albret-.

La prueba de potrancas nacionales, a falta de calidad, al menos fue emocionante, con She Rules derrotando a La Nava, Maria Antonieta y una apagadísima Fearside.

Alberto Carrasco tiene un filón con los Hab, Fernando y Hernando, me recuerdan a los personajes de Tintin, los dos hermanos detectives Hernández y Fernández. Si el primero ganó brillantemente el jueves, el segundo confirmó su extraordinario Nacional con una victoria contundente en la prueba de nacionales. Y pensar que cuando este caballo se negó a pasar a Goldside en Mijas pensé que le faltaba clase y estaría abocado a los hándicaps, y ojo, que por su forma de encarar los recorridos, puede dar mucho juego en San Sebastián.

Alabama confirmó su buen momento y no menos buena situación en el hándicap, batiendo a los dos caballos que venían de Portugal Vega de Castilla y Miura. Tengo curiosidad por saber cuánto hubiera pagado la gemela de no haber estado la de Madroños.

La jornada se cerró con el triunfo de La Llanura, que de punta a punta, agradeció el recorte de metros y mantuvo controladas a sus rivales. Un segundo puesto muy peleado entre Whoswithya, Belate y Ercolini, que dieron un punto de emoción a la prueba. Con la de la cuadra Tiziano, hacía triplete Horcajada.


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