Filly Medi gana el Kutxa.

Manuel Griñán.

• Fotos de Miguel Ángel Tejado.

Filly Medi demostró lo buena yegua que es, y lo que sin duda promete, con una victoria en el Kutxa a punta de velocidad sobre su inevitable compañera y rival, Baby Cookie, a la que priva por segunda vez del triunfo en una grande. La torda de Safsaf fue muy bien guiada por José Luis Martínez, que supo taparla en el recorrido sin conceder demasiados metros. Trazó una buena curva y no se descompuso cuando se vio encerrado nada más iniciar su ataque. La potrilla es ligera y maniobra con agilidad, de manera que rectificó la trayectoria sin perder empuje y entonces inició una persecución contra reloj para superar a Baby Cookie, que dominaba ya a Belate y se marchaba en pos del triunfo. Casi en la misma meta la pupila de Christian Delcher superó a la de Paquito Rodríguez y se llevó un nuevo trofeo para las vitrinas de Anthony Forde, en las que había aportado anteriormente el Valderas. Quizás lo más alentador de su victoria es que se trata de una potrilla aún en fase de maduración, con un origen que pronostica progreso a medio plazo y, como dice su preparador Christian Delcher, podría aspirar a Listed en no demasiado tiempo. El mediano de la familia consigue así su primer Kutxa, que ya había rondado anteriormente con Fresneda y Nurenieva, y sigue completando un año más que meritorio en el que, además de sus éxitos en España, ocupa una posición más que digna en la estadística de preparadores franceses que a buen seguro mejorará de aquí a final de año.

De Baby Cookie queda todo dicho enumerando la colección de segundos puestos que atesora esta temporada: Atlántida, Valderas, Comunidad de Madrid, Beamonte y ahora el Kutxa. Con un poco más de suerte estaríamos hablando de un palmarés de ensueño y un nombre grabado para siempre en la historia de nuestras carreras. Siendo una yegua tan consistente seguramente vuelva a dar guerra en el Benítez de Lugo, y en algún momento le llegará su día. Conducida por Montenegro, hizo la carrera que tenía que hacer. Fue más en carrera que en su presentación lasartearra, dobló mejor y atacó con la fuerza que había exhibido en las clásicas. Perdió porque se encontró con una rival mejor y, aun así, si José Luis Martínez no hubiera resuelto con maestría la difícil situación que se le presentó en los primeros metros de la recta, seguramente estaríamos hablando de ruptura del mal fario y victoria de Pazooki. Mucho se ha hablado sobre la dudosa calidad de la generación de clásicas, más aún después de la mala actuación de Navarra en Francia, pero lo cierto es que el Kutxa revaloriza a las nacidas en 2010. Al menos con respecto a las nacidas en 2009 y 2008 que, la verdad, tampoco fueron generaciones de relumbrón. Yo siempre fui partidario de dejar correr el tiempo y, en cualquier caso, hay un hecho incuestionable: el valor francés de la ganadora. El 41 actual no es para tirar cohetes pero es más que probable que tenga aún algunos kilos por subir. Pero, no nos engañemos, Filly Medi es una yegua muy honesta y su actuación de ayer no debió diferir mucho del rating francés, así que es fácil valorar la carrera. Juzguen ustedes.

Belate fue la primera entre las viejas y la única de ellas que se metió en el dinero. Una actuación que reivindica a dos miembros de la misma familia. Por un lado al preparador José Manuel Borrego, que apenas ha tenido las oportunidades que le han dado algunas cuadras gallegas y que con Belate ha hecho un trabajo excelente, manteniéndola siempre en condición y presentándola en plena forma en el Kutxa a pesar de los problemas que había tenido la yegua tras su anterior y ya lejana victoria. Por otro lado a Iván Borrego, que ya ganó dos Kutxas cuando estaba entre nuestros primeros espadas y que, tras su encomiable sacrificio por volver a montar, vuelve a figurar también en un gran premio. No estamos sobrados de grandes jinetes y resulta toda una satisfacción recuperar a uno de los buenos. La cuarta plaza fue para otra tres años, Cantarella, que sigue progresando. Se trata de una yegua que a dos años era prácticamente ingobernable y, aun así, logró marcar un buen valor. Si sus responsables consiguen atemperarla del todo podemos estar ante un ejemplar con posibilidades. La decepción vino de las que más habían demostrado hasta el momento. Ni Baronía, ni Azafata, ni Infinity One se mostraron en todo el recorrido y completaron una actuación muy gris. Es cierto que la pista de Lasarte es muy especial y que no favorece a las rematadoras, especialmente cuando el terreno está duro, pero no es excusa suficiente para justificar las pobres actuaciones que ofrecieron. Esperemos a verlas de nuevo.

La jornada se abrió con el trabajadísimo triunfo de Minolto en la prueba de nacionales. Jesús López y Ortiz de Urbina cambiaron por completo la estrategia para tratar de motivar a este caballo que siempre puede pero nunca quiere. Ataviado con blinkers y posicionado en cabeza desde la salida, el jockey vitoriano se dejó el alma tratando de que Minolto se centrara en galopar. No fue fácil porque el de Di Benisichi se vio superado en la recta final por Idanha y, en lugar de batallar con ella, se dedicó a torcer la cabeza para mirarla. Suerte tuvo de que la de la Yeguada Militar no pasó con mucho empuje y así, gracias a los esfuerzos de Ortiz de Urbina y con cierto grado de suerte, Minolto volvió a tomar la punta y alcanzó el poste justo un tranco antes de que lo hiciera La Boppería, que venía como un tiro por fuera arrastrando en su remate a Al Tropical, que fue finalmente tercero con Idanha cuarta, todos en un pañuelo.

Por fin “suspiraron” los titulares de la cuadra M.A.F., al ver cómo su pupilo, Suspirón, superada ya la lesión y tras cuatro intentos previos, alcanzó el grado de forma suficiente para imponerse en una primera parte. Es indudable que a su favor jugó el hecho de que en esta ocasión el lote era más asequible que en sus anteriores actuaciones y que su situación en la escala era más consistente con lo que había mostrado hasta ahora en la pista pero, tal y como ganó el hijo de Diamond Green, no nos extrañaría que a fin de año estuviera corriendo carreras de mucho más nivel, de forma similar a lo que está ocurriendo con su compañero de patio Brindos. Janacek supo esperar en una carrera en la que se concentraban muchos ejemplares con acusada tendencia puntera. A pesar de entrar en la recta lejos de los conductores, poco a poco fue enjugando diferencias y pronto se vio claramente que iba a poner de acuerdo a Sentence y a Lesaka, que hasta entonces se disputaban la victoria. La de Marco Secci aguantó por la mínima a la de Enrique Puente y completó así un bonito copo para el preparador Guillermo Arizkorreta.

La segunda parte tenía un nivel verdaderamente infame y, así las cosas, a Morning Muse no le quedó más remedio que ganar en la que suponía su vigésima tercera actuación. La de Thiago Martins remató por el centro de la pista y aprovechó que sus principales rivales se apelotonaban buscando hueco y así consiguió unos metros a la postre decisivos, ya que Sinan y Dal Baco le escoltaron a escasísimo margen. Cuarta fue una Via Meydan que, vista su situación en la escala, tiene al menos dos hándicaps que ganar en cuanto recupere la forma.

Y cerró la jornada una prueba de jinetes aficionados en la que Dakside cazó en la misma meta a Bilbo. Parece que el caballo de Pablo Gredilla tiene verdadero amor por la milla lasartearra y es casi imbatible corriendo en punta. Tuvo que encontrarse con un caballo de una clase superior, montado por un gran jinete amateur, para claudicar por la mínima en el último tranco. Marcos Carmena tuvo que esforzarse a tope con Dakside, que no es precisamente un caballo voluntarioso, para lograr que éste metiera la nariz por delante en el poste. Defraudó El Sheriff, que había vencido en la preparatoria del Gobierno Vasco y posteriormente renunciado a la prueba reina optando por esta prueba de aficionados. Nos sorprendió que, siendo un caballo tan luchador, tirase la toalla tan pronto y se viese incluso superado por Gala, una yegua casi veinte kilos peor que él.